18.2.10

Aprendí gracias a vos, entre tantas cosas, que todo en la vida pasa por algo; que todo tiene una razón de ser. Sé que si la historia empezó, se dio y terminó así es por algo. Quizás me cueste mucho, demasiado, entender porque las cosas se dieron así, de esta manera y no de otra, pero sé que tarde o temprano todas mis dudas se van a acabar, todas mis preguntas van a encontrar sus respuestas, y todo mi amor va a poder ser valorado y respetado. Todo en la vida vuelve, dicen. También comprendí que es así. Vos eras mi objetivo principal. Vivía por y para vos.. mi deseo era ese: conseguirte... conseguir tu cariño, tu mirada, algo de vos. Y lo conseguí. Conseguí mi objetivo principal. Conseguí tu mirada. Esas miradas cómplices, clandestinas, sinceras. Conseguí tus palabras. Conseguí una mentira que esperé mucho y me hizo muy feliz. Conseguí un abrazo. Conseguí arriesgándome. Aprendí, también, a jugármela... a decir lo que siento sin guardarme nada. Conseguí amar como nunca antes. Conseguí sentirme segura. Conseguí mentiras. Conseguí más ilusiones. Conseguí decepciones. Conseguí mucho dolor. Pero conseguí sentir y vivir un amor único, especial, distinto, diferente a todos. Completamente raro, porque un amor solamente mío. Yo amaba, yo entregaba, yo daba, yo soñaba, yo quería, yo esperaba, yo deseaba. Yo todo. Yo amaba de verdad, con el corazón. Es así, volviste a mi vida cuando menos lo esperaba. Algo que, si bien, soñaba, deseaba y anhelaba muy en el fondo sabía que era por demás imposible. Pero ahí entendí que la historia no había terminado, que había mucho por lo cual seguir, que no había sido tan en vano mi espera, mi sufrimiento, mi dolor y mis lágrimas. Nada es imposible ni inalcanzable. Todo llega cuando tiene que llegar. Vos llegaste, nuevamente. Llegaste y volviste a ser el centro de mi vida, como siempre lo fuiste… desde el momento en que aprendí a mirarte con otros ojos, con amor, con dulzura. Era imposible intentar olvidarte. Daba un paso y retrocedía tres, porque vos siempre volvías, de alguna u otra forma. Nunca me dejaste intentarlo. Me costaba mucho. Si no te olvidé antes era porque no quería, algo me decía que no era el momento, que había más camino por recorrer. Y no me equivoqué. Cuando quise no pude. No me dejabas. Siempre me hacías volver. Una mirada, un mensaje, una palabra. Todo valía para hacerme volver. Sabías que me tenías a tus pies, y eso no era bueno. Siempre me hiciste como quisiste. Pero yo me dejaba. Era mucho el amor que te tenía. Mucho más que mi dignidad y orgullo. Dejé todo por vos. Me rebajé como nunca creí hacerlo. Y todo por un amor que nunca me correspondió, que nunca devolvió nada de lo mucho que yo entregué. Estuve dispuesta a todo. Me la jugué como nunca. Tarde, pero lo hice. Arriesgué todo... todo por nada. Luché por lo que más quería. Me hiciste partícipe de un juego que me hacía muy mal, pero que yo disfrutaba porque te tenía. De una forma extraña y rara, pero te tenía. Contaba con tu mirada. Esas miradas especiales, cómplices, clandestinas, que tanto amaba y ahora extraño. Era una relación rara, distinta… pero especial. Única. Disfrutaba mirarte y saber que me mirabas. Saber que sabías que te amaba. Creo que lo sabías muy bien, traté de recordártelo siempre que pude. Dicen que de los errores se aprende, y aprendí al no haberte dicho antes, a tiempo, todo lo que sentía. Las cosas hubiesen sido tan distintas… Pero fueron así. Y si la historia se está resolviendo de este modo es por algo. No sé si llego el fin. Creo que no hay un momento exacto en el que sea el fin de una historia. Las cosas del destino, las vueltas de la vida… todo puede llevar a que la historia continúe en cualquier momento. Pero hoy voy a tratar de darle un fin, mi fin.. al menos por ahora creo que es lo mejor. No lo voy a negar, te pienso todos los días... pero no como antes. Sé que hubo un cambio. Sin embargo, recuerdo e imagino cada momento, cada palabra, cada mirada. Tengo las imágenes guardadas, imposibles de borrar. Haga lo que haga, eso no se borra. Vos no te vas a borrar. Sé que puedo llegar a dejarte de amar con tanta pasión, con todo mí ser, mi corazón y mi alma, pero sé que el recuerdo siempre va a estar. Un amor así nunca se olvida. Me había acostumbrado a vos, a tus miradas, tus mensajes, tus besos, todo de vos. Y cuesta desacostumbrarse. Cuesta el cambio. Pero muchas veces los cambios son para mejor. Espero que este sea uno de esos. Creo que hoy llego el momento de darle ese fin definitivo a esta historia. Soporté demasiado, y si lo soporté fue porque el amor que te tenía era superior a todo y a todos. No me preguntes porqué, porque ni yo lo sé. Pero te amaba... te quería en serio; como nunca creí hacerlo, como nunca pensé sentir. Y sé que nunca lo mereciste. Me lo demostraste en cada situación. Me demostraste que no soy capaz de lograr que alguien sienta algo por mí. Nunca valoraste nada de lo que hice, di y sentí por vos. Siempre te importo nada todo lo que te amaba y pasaba por vos. Nunca entendí tu necesidad de mentirme, jugar conmigo y con lo que sentía… si sabías que te quería. Pero me demostraste que para vos fui solo un pasatiempo, mientras que para mí fuiste TODO. Reí, lloré, grité, me enojé, luché, amé, besé, descubrí, soné, perdoné, esperé, me enamoré, no me di nunca por vencida, y conseguí algo de lo que quería. Y todo eso porque nunca deje de luchar, nunca bajé los brazos. Fui siempre fiel a lo que sentía. Y considero haber ganado algo. Quizás no lo que yo esperaba y deseaba, pero logré algo. Aprendí a no arrepentirme y a saber valorar las oportunidades que nos da la vida. Dicen que el tren pasa una vez en la vida, pero considero que si una persona lucha por eso que desea, esas oportunidades simplemente llegan. Cuesta abrir los ojos. Duele aceptar que las cosas no son como esperábamos. Pero es mejor que vivir cegados en algo que no es. Debemos enfrentar la realidad y poner todo lo que está a nuestra disposición para alcanzar nuestro sueño. “En muchas ocasiones lo que más deseamos no ocurre. Nos cansamos de esperar que sucedan esos anhelados momentos. Deseamos tanto que nos olvidamos hasta de las cosas que puedan suceder a nuestro alrededor, prestándole total y absoluta atención a eso que ansiamos. Y justo cuando estamos empezando a olvidar ese objetivo que tenemos… esas cosas simplemente ocurren. Nuestra vida había seguido otro rumbo, otra dirección, y comprendemos que eso que tanto anhelábamos está ahí, a nuestro alcance, tan cerca que parece irreal. Y en ese momento nos toca la decisión más difícil: continuar nuestra vida ignorando esa oportunidad que tanto tardo en llegar o, por el contrario, luchar con todas nuestras fuerzas por aquello que en algún momento fue lo más importante. Probablemente en el momento en que lo deseábamos no era nuestro, no nos correspondía y la única manera de conseguir una parte de eso era por medio de trampas y engaños. Al momento de conseguirlo nos sentíamos totalmente felices, como si ello fuera en verdad nuestro, pero no era así.” La oportunidad siempre llega. Todo se consigue si así tiene que ser. Jamás se debe renunciar a un objetivo, una meta, un propósito, un sueño, un deseo o un anhelo, por quien pone toda su fuerza de voluntad lo consigue. No tenemos que dejar que un tropezón acabe con nuestros objetivos. Todo lo que tenga que ser, será. Y de todo debemos saber sacar ese lado positivo, esa ayuda, esa enseñanza o aprendizaje. Todo vale. Todo sirve. Todo suma. No podemos cambiar nada de lo que pasó, pero podemos aprender a dejarlo atrás. Tampoco podemos elegir como sentirnos, pero si podemos elegir que hacer al respecto. Muchas veces son pequeñas cosas y detalles lo que nos hacen disfrutar el día y apreciar lo más lindo de la vida. Deberíamos aprender a valorar más eso. A no buscar la felicidad completa en cosas materiales. Simplemente una persona puede ser feliz por una mirada, una llamada o el cumplimiento de un sueño… Sin dejar de luchar, jamás. Yo jamás me di por vencida, porque por mucho que hayan podido decir los demás... nadie mejor que yo sabe lo que sentí. Nadie mejor que yo sabe que esto no fue un capricho ni fue una obsesión, fue un amor... fue MI amor. No creo que un capricho sea capaz de soportar todo lo que yo soporté y sigo soportando hoy en día. Sé que esto va mucho más allá de eso. Sé que no sos uno más en mi vida, sé que dejaste tu huella. Fuiste un antes y un después en mi vida. Pero hoy comprendí que ya fue demasiado… que fueron muchas las cosas que tuve que pasar… mucho dolor, muchas lágrimas, mucho sufrimiento. Y sin embargo, hoy puedo decir con total seguridad que no me arrepiento de nada… que en todo momento actué con amor y siguiendo a mi corazón... que hice lo que yo sentía y no lo que los demás me imponían. Me la jugué por lo que amaba. Me llevo mucho aprendizaje, mucha enseñanza, mucho dolor. Me llevo traiciones, decepciones, desilusiones y enemistades. Por vos perdí una amiga y estuve a punto de perder otra. No la perdí, pero… perdí la confianza en esa persona que tanto amaba y que era mucho para mí. Cuando te fallan una vez.. ¿Quién te asegura que no te van a volver a fallar? Y aunque sigo tratando de que esa amistad no cambie... cada vez que los imagino, es imposible que no me duela. Me duele muchísimo, y no voy a fingir que no es así. Me duele muchísimo que me haya fallado así, pero me demostró la importancia que tenía en su vida… tan importante que no le importo para nada lo que yo sentía, que no pensó un ratito en todo lo que yo había pasado y sufrido, en todo lo que yo había sentido y amado; o al menos eso demostró o eso logré entender yo. Y me duele porque era ella, porque sabía como nadie todo… Pero sin embargo la quiero igual que siempre, y voy a lograr que esa amistad sea superior a ese amor. Una vez más la vida me demostró que no se puede confiar totalmente en nadie, porque la “traición” y decepción viene de quien menos te lo esperas, en el momento en que menos pensás. Hoy estoy decidida a dejar ese amor atrás, a cerrar ese capítulo en mi vida. Lo vengo haciendo, y considero estar logrando algo. Pero hoy con seguridad afirmo que doy vuelta de página y, no niego que, quizás, en algún momento vuelva a retroceder, pero estoy segura que no voy a dejar de avanzar.
Reitero, me llevo lo mejor de este amor, y no me arrepiento de nada… Fui feliz, demasiado.