10.2.10

Dicen que tengo que dejar de esperar, que no vale la pena. No puedo hacerlo. No me hace bien la espera, pero sé que tiene sentido. Esperé algo por mucho tiempo y lo conseguí. Quiero cambiar, quiero disfrutar, quiero sentir, quiero vivir. Pero no por eso voy a dejar de esperar. No puedo dejar de esperar algo que amo. No puedo renunciar. No puedo dejar de luchar. No puedo bajar los brazos ni darme por vencida. No va conmigo. No es lo que me enseñaron. No es lo que aprendí. Quiero seguir siempre fiel a mis convicciones, ideales, objetivos y sueños. Eso no va a cambiar. Nunca. Dicen, dicen, dicen. Tantas cosas dicen y se dicen aún muchas más. Pero la que sabe como nadie como son las cosas soy yo. La que espera, soy yo. La que sueña, soy yo. La que AMA, soy yo. La que siente, soy yo. ÉL es mi objetivo principal. Vivo por y para él... mi deseo es ese: conseguirlo. Sé que voy a estar con él. Cueste lo que cueste. Quiera o no. Pero así va a ser...” Eso dije un tiempo atrás. Seis meses. Y tantas cosas pasaron en esos seis meses. Dije que no iba a darme por vencida y que iba a lograr mi objetivo. Lo conseguí. Conseguí mi objetivo principal. Conseguí su mirada. Esas miradas cómplices, clandestinas, sinceras. Conseguí sus palabras. Conseguí su cariño o eso dijo. Conseguí un abrazo. Conseguí arriesgándome. Aprendí a jugármela, a decir lo que siento. No guardarme nada, es lo mejor; decir todo lo que sentís y pensas. Conseguí amar como nunca antes. Conseguí sentirme segura. Conseguí mentiras. Conseguí más ilusiones. Conseguí decepciones. Conseguí mucho dolor. Pero conseguí sentir y vivir un amor único, especial, distinto, diferente a todos. Completamente raro, porque un amor solamente mío. Yo amaba, yo entregaba, yo daba, yo soñaba, yo quería, yo esperaba, yo deseaba. Yo todo. Yo amaba de verdad, con el corazón. Conseguí ser parte de un juego. “Y no me preguntes porque, pero yo sé, y no es algo que quiera (bueno, si...... si es algo que quiera, pero no tiene que ver con eso), yo SÉ que vas a volver. No tengo la menor idea de porque, pero es así... Siento, presiento, imagino, intuyo, creo, supongo, espero y quiero, que sea así. Una vida ilógica...llena de promesas incumplidas, pero un solo objetivo: ¡VOS!...”. Y no podía estar más en lo cierto. Confié en lo que sentía, imaginaba, intuía, creía, suponía, esperaba y quería que sea. Y llegó. Volviste. Volviste cuando menos lo esperaba. Volviste cuando ya creía que nunca ibas a llegar. Y tan rápido como volviste te fuiste. Ahí, en ese momento, en tu vuelta, empezó ese juego del que me hiciste partícipe. Fueron tres meses y medio de algo que creía perdido. Miradas, palabras, riesgo, amor, abrazos, besos. Un mes y medio más de todo lo que venía pasando antes. Dolor, lágrimas, dudas, resentimiento, odio. “Juro que te voy a olvidar. Juro que eso que siento lo voy a borrar. Por primera vez voy a proponerme olvidarte. Olvidar tus besos, olvidar tu cara, olvidar tu voz, olvidar tus palabras. Olvidarte por completo. Borrarte de mi vida. Eliminar tu nombre. Juro que nunca más voy a pensar en vos. Juro que nunca más te voy a imaginar. Imaginar imposibles, es lo mejor que sabía hacer. Pero ya no. Te borro de mi vida. No voy a pensarte nunca más. Por el amor que sentí, por el amor que te tuve, y que nunca supiste valorar, te voy a olvidar. Sea como sea, te voy a olvidar. No te mereces que yo sienta lo que siento por vos. No te mereces que yo sufra como sufro por vos. No te mereces que yo este ahora como estoy. Por ilusionarme con imposibles.” ¡Qué increíble! Pensar que lo escribí hace un año. Y nada de eso pasó. Tantas promesas y juramentos en vano. Todo por vos. Me acuerdo ese día, ese momento. Me acuerdo las lágrimas, las palabras, los pensamientos, el sufrimiento. Recuerdo todo. Todo lo que tenga que ver con vos lo recuerdo tal cual. Me iba a proponer olvidarte, decía. No lo intenté en ese momento ni en todo este dos mil nueve que pasó. No lo hice porque seguí fiel a lo que sentía. Y pasó. Pero ese no es el caso. Tantas veces dije que iba a olvidarte, no buscarte más, dejar de luchar y dar vuelta de página. Nada pasó. No te borré, no te eliminé, no dejé de pensarte y recordarte, ni mucho menos de olvidé. Sé que no lo voy a hacer. No se puede olvidar algo así. Sigo creyendo algo de lo que escribí hace un año. No lo mereces. Ni al amor, ni al sufrimiento, al dolor, las lágrimas. Nada. “Y cuando vuelvas, porque vas a volver... Cuando te des cuenta que me perdiste, y que nunca más voy a estar, vas a volver... Y juro que no voy a volver con vos. Por más que me muera por dentro, y que ahora es lo que más desee, no.” Fue así. Volviste, lo sabía. Y más aún cuando sabías que me estabas perdiendo. Volvías. Siempre volvías. Pero yo no cumplí. Porque si estuve. Siempre estuve y voy a seguir estando. ¡Qué masoquista! Tanto es lo que me haces sufrir y yo sigo segura de que voy a estar siempre. Pero me cansé de hacer promesas que sé que seguramente no voy a cumplir. No voy a decir que te voy a olvidar, dejar de pensar, borrar de mi vida, no esperarte nunca más, no buscarte, y no estar si volves. Porque me conozco y sé que la decisión no me va a durar demasiado. Nada. “Y no quiero....algo me dice que no, que no tengo que asumir por completo que sos imposible y olvidarte.” Nada en esta vida es imposible. Si logré conseguirte, aún amando vos a alguien tanto como yo a vos, se puede lograr mucho. ”Yo todavía tengo la esperanza que todo va a cambiar, que él se va a dar cuenta de lo que siento, y va a volver...” Cómo me asombro de mis propias palabras, sentimientos y pensamientos. Admiro mi paciencia, valentía y fortaleza. Admiro el no haberme dado por vencida, porque lo conseguí. La esperanza es lo último que se pierde, y nunca la perdí. Así me fue. “Y sé, también, que sabes todo lo que siento... Y eso en parte me basta... Porque por lo menos, tarde, te dije todo lo que sentía. Aunque no tuve la oportunidad de demostrártelo. Pero la oportunidad va a llegar, eso lo sé... Sé, que vas a volver.. Lo sé! Y estoy segura, que aunque en parte no quiera y no deba, voy a estar... Voy a estar esperándote...” Sucedió así, tal cual. Esa oportunidad tan esperada ‘llegó’. Pude decirte, recordarte y repetirte cuántas veces pude todo lo que sentía. Sé que lo supiste, que te llegaron mis palabras. Tan así que llegaste a decirme que me querías. Sólo por lástima, estoy segura. “Pero vale soñar; vale soñar que algún día va a volver a estar conmigo; y yo... quiero seguir, quiero vivir soñando...” Nunca hay que dejar de soñar. Yo no lo hice, y mi sueño se cumplió de algún modo. Volví a estar con vos y fue mejor, muchísimo. Distinto, sin dudas. Complicidad, clandestinidad, secretos. Único. Pero hoy quiero dejar todo eso a un costado. Hoy quiero dejar de tenerte todo el día en mi cabeza. Quiero dejar un lugar para mí. Quiero y necesito pensar en mí. Necesito vivir la vida. Disfrutarla. Tantas veces lo dije, y pocas las cumplí. Hoy estoy segura que así va a ser. Voy a hacer el intento de vivir mi vida.